martes, 10 de febrero de 2009

Boletín Informativo Nº6

Los CJC de Carabanchel volvemos, como llevamos haciendo este último año, a publicar nuestro boletín informativo. Continuamos con nuestra tarea formativa de cara a los vecinos del barrio. En este número analizamos de forma breve el fenomeno fascista.

FASCISMO Y RACISMO, INSTRUMENTOS DEL CAPITALISMO

En la actualidad, hablar de fascismo o de nazismo parece algo que pertenece al pasado, o dado el caso, relativo a pequeñas bandas marginales; parece habérsenos olvidado el rastro de sangre y terror que dejo esta criminal ideología en gran parte de Europa, incluso en nuestro país. Precisamente, a día de hoy, cuando se cierne sobre la economía mundial una crisis sin precedentes, es cuando mas atención debemos de prestar a una posible aparición del fascismo como salida de la clase dominante para escapar ilesa de una crisis provocada por su misma infinita ansia de beneficios.

Pese a que existan algunas diferencias entre el fascismo italiano de Mussolini y el nazismo alemán de Hitler, el origen del nazi-fascismo es uno solo: una situación de crisis económica que desemboque en una crisis política y social. Ante esta situación, una de las salidas posibles es el establecimiento de un estado fuerte que ahogue las luchas de las clases populares y que aplaste aquellas conquistas que pudieran haber conseguido, instaurando un régimen abiertamente terrorista. Esto mismo sucedió en España ante los avances de los trabajadores con el Frente Popular, en Alemania e Italia frente al liderazgo revolucionario de sus respectivos partidos comunistas, que defendían la aspiración de los trabajadores de construir un mundo en paz sin explotación del hombre por el hombre.

¿Quien se vio objetivamente beneficiado del ascenso de los diferentes movimientos nazi-fascistas al poder? Sin duda alguna, los grandes empresarios, los terratenientes y la Iglesia Vaticana. No en vano, estos fueron los principales financiadores y apoyos políticos de los diferentes partidos nazi-fascistas, que cedieron millones de marcos alemanes, liras italianas y pesetas españolas a aquellos que les prometieron acabar con la resistencia popular e instaurar un estado que serviría a su afán de mayores beneficios económicos: desde la Ford Motor Company, hasta la Fiat, pasando por el Papa Pío XII, mostraron su apoyo a la ''noble causa'' de la cruzada contra el comunismo emprendida por el nazi-fascismo.

¿En detrimento de quienes se instauraron los estados nazi-fascistas? El fuertemente carácter represivo de los regimenes fascistas puso bajo la sanguinaria bota de los grandes empresarios a los trabajadores de todo tipo y a las capas populares. Lo cierto es que bajo la falsa demagogia utilizada por el nazismo y el fascismo para atraer a los asalariados a su sanguinario movimiento solo se encontraba el discurso de los grandes banqueros. Las bandas nazi-fascistas ejercieron desde un primer momento la tarea de perros de presa de la clase dominante, atacando armadas las convocatorias de organizaciones y sindicatos obreros, y en muchas ocasiones contando con la complicidad del estado, como sucedió en España durante más de cuarenta años de infame dictadura.

¿Acaso los prisioneros que ocuparon las celdas de la cárcel de Carabanchel fueron los hijos de los terratenientes, de los patrones o de los banqueros? No, fueron los hijos de la clase obrera quienes la construyeron como mano de obra esclava y quienes la habitaron como presos políticos del franquismo. Hoy más que nunca, es necesario pedir justicia para ellos y luchar contra los sucesores de sus verdugos y carceleros.
Organízate y Lucha
carabanchel@cjc.es

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